VATICANO, 02 May. 17 / 05:37 am
(ACI).- En la homilía pronunciada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el
Papa Francisco animó a “tener el corazón abierto para que el Espíritu Santo
actúe en él” y no ser “obstinados” como los que lapidaron a San Esteban.
A partir del martirio de San
Esteban, narrado en la Primera Lectura, el Santo Padre trazó su homilía sobre
el testimonio de obediencia que todo cristiano debe ofrecer.
Para poder dar ese testimonio, es
necesario tener el corazón abierto. Los corazones cerrados “hacen sufrir mucho
a la Iglesia: los corazones cerrados, los corazones de piedra, los corazones
que no quieren abrirse, que no quieren escuchar, los corazones que solo conocen
el lenguaje de la condena. Están condenados. No saben decir: ‘Pero explícame,
¿por qué dices esto?’. No, están cerrado. Lo saben todo. No necesitan ninguna
explicación”.
Francisco señaló lo acertadas de
las palabras que San Esteban dedica a los que le apedrearon: “obstinados,
incircuncisos de corazón y de oídos”, y recordó que era como llamarles
“paganos” porque tenían “el corazón cerrado y duro”, un corazón “en el que no podía
entrar el Espíritu Santo”.