lunes, 30 de enero de 2017

Lunes 30 de Enero de 2017

 Santa Jacinta de Mariscotti


Marcos 5. 1-20. 

Llegaron al otro lado del lago, a la tierra de Gerasa. En cuanto Jesús bajó de la barca, se le acercó un hombre que tenía un espíritu impuro. Este hombre había salido de entre las tumbas, porque vivía en ellas. Nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Pues aunque muchas veces lo habían atado de pies y manos con cadenas, siempre las había hecho pedazos, sin que nadie lo pudiera dominar. Andaba de día y de noche por los cerros y las tumbas, gritando y golpeándose con piedras. Pero cuando vio de lejos a Jesús, echó a correr, y poniéndose de rodillas delante de él le dijo a gritos:
—¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¡Te ruego por Dios que no me atormentes!
Hablaba así porque Jesús le había dicho:
—¡Espíritu impuro, deja a ese hombre!
Jesús le preguntó:
—¿Cómo te llamas?
Él contestó:
—Me llamo Legión, porque somos muchos.
Y rogaba mucho a Jesús que no enviara los espíritus fuera de aquella región. Y como cerca de allí, junto al cerro, había gran número de cerdos comiendo, los espíritus le rogaron:
—Mándanos a los cerdos y déjanos entrar en ellos.
Jesús les dio permiso, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos. Estos, que eran unos dos mil, echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y allí se ahogaron.    Los que cuidaban de los cerdos salieron huyendo, y fueron a contar en el pueblo y por los campos lo sucedido. La gente acudió a ver lo que había pasado. Y cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su cabal juicio al endemoniado que había tenido la legión de espíritus. La gente estaba asustada, y los que habían visto lo sucedido con el endemoniado y con los cerdos, se lo contaron a los demás. Entonces comenzaron a rogarle a Jesús que se fuera de aquellos lugares.
Al volver Jesús a la barca, el hombre que había estado endemoniado le rogó que lo dejara ir con él. Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo:
—Vete a tu casa, con tus parientes, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho, y cómo ha tenido compasión de ti.
El hombre se fue, y comenzó a contar por los pueblos de Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se quedaron admirados..
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¿Conozco a alguien que la está pasando mal? … ¿que vive con problemas, … amargada, … todo lo ve negativo?. … No es libre ni feliz … ¿Quién? … Pronuncio su nombre … recuerdo su rostro … Dios la quiere feliz y ella está triste y angustiada … El mal espíritu hace un gran trabajo allí …tiene  un demonio en su interior como el hombre del evangelio… Le pido al Señor que actúe en esa persona y la libere … Que su vida cambie … Que pueda dar testimonio de su liberación … ¿qué puedo hacer yo para ayudarla? … ¿qué puede ser lo que Dios quiere que yo haga de modo que pueda ser más feliz?. Su vida puede cambiar … ¿cómo  ayudar?  Pido ayuda a Dios para colabora en su felicidad. Gracias Señor   

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